Enoc Márquez Rodríguez es un integrante de la Policía Nacional de Colombia quien desde pequeño tuvo claro que quería enlistarse en la Institución. Nació el 20 de octubre de 1970, en Ciénaga, Magdalena, en un hogar conformado con miles de dificultades económicas.
Para ayudar al sustento diario de su familia desde muy joven se dedicó a vender empanadas y envueltos en las calles del municipio; el día menos pensado, sin que su madre lo supiera, ingresó a la Escuela de la Policía Nacional ‘Carlos Eugenio Retrepo’, ubicada en el municipio de La Estrella, Antioquia.
Con disciplina, entrega y sacrificio logró graduarse como agente el 1 de marzo del año 1993. Desde ese momento empezó a escribir su historia, siempre al servicio de la comunidad. En el año 2000 su destino dio un vuelco inesperado al ser trasladado a Puerto Rico, Caquetá, uno de los territorios en Colombia en donde el conflicto armado hace presencia con mayor fuerza.
Allí, el 7 de mayo del año 2000, tuvo que enfrentar uno de los momentos más difíciles de su vida: un ataque guerrillero a la subestación de Policía a la que estaba adscrito, “Debido a los disparos que recibí --nos cuenta--, estuve un lapso de 18 meses sin poder caminar. Siempre recibí el apoyo de la Policía Nacional para mi rehabilitación en el Hospital Central, en Bogotá”.
Recuerda con mucho dolor que en este ataque subversivo falleció uno de sus compañeros, el patrullero Faiber Gálvez, a quien, nos asegura, nunca olvidará; en medio de esas circunstancias físicas y emocionales tan difíciles se propuso convertir su experiencia en una oportunidad para salir adelante. Su tenacidad lo llevó a obtener el título de Tecnólogo en Administración en Salud.
Tras estudiar cinco semestres, gracias a una alianza entre la Policía Nacional de Colombia y el SENA, logró graduarse en el año 2009; más tarde, fue trasladado a la policía Metropolitana del Valle de Aburrá, MEVAL.
El agente Enoc Márquez no quiere desperdiciar ni un momento de la que considera fue una segunda oportunidad que le dio la vida; tiene claro que continuará en la Policía y que pondrá en práctica esos conocimientos que año a año ha estado adquiriendo como administrador en el área de la salud: “He aprendido todo muchas cosas relacionadas con este tema, afirma, en consulta, en archivo y también en medicina laboral”.
Hoy por hoy, y superadas muchas dificultades, el agente Márquez trabaja en la clínica Regional del Valle de Aburrá, en Antioquia. Allí demuestra todos los días lo que significa vestir un uniforme verde oliva y por eso mismo sabe que nunca abandonará su norte: ayudar a salvar vidas y evitar que se repita lo vivido en Puerto Rico, Caquetá.