La importancia de un armamento en buen estado

“El arma de fuego es una herramienta de trabajo para el servicio del policía. Inicialmente, los funcionarios que tienen asignadas armas les hacen un mantenimiento básico. Este procedimiento es fundamental para prevenir la oxidación y la corrosión natural resultado del uso diario en los diferentes climas que tenemos en el país. Nosotros vamos más allá. Las armas que intervenimos reciben un mantenimiento de tres niveles”, explica en diálogo con la Revista de la Policía Nacional de Colombia, el intendente John Willinton Ortiz, responsable del Centro de Mantenimiento.

El efectivo mantenimiento del armamento a disposición de la Policía Nacional de Colombia es fundamental para optimizar recursos, alargar la vida útil de las armas a disposición de la institución y garantizar su adecuado funcionamiento. 

Esta tarea ha estado a cargo del Grupo de Armamento de la Dirección Logística y Financiera. A través de un delicado proceso se evalúa cada caso: se conserva, se diagnostica la reparación o cambio de piezas, según se requiera.

El proceso es el siguiente: luego de un exhaustivo diagnóstico previo, el procedimiento de restauración incluye el desarme total del arma, desengrase de sus componentes, un proceso de lijado total y parejo de la pieza con óxido de aluminio llamado granallado y, finalmente, la aplicación de pinturas cerámicas.

Una vez realizado este trabajo, y tras un proceso en el que la pintura se somete a curación en un horno, se adelanta el rearmado de la pieza. Este último paso también sirve para revisar cada componente y analizar si es oportuno o no el reemplazo del mismo.

“Empezamos a identificar y a cambiar la resortería. Si los cañones presentan dilatación o anillamiento, se reemplazan por otros nuevos. El arma sale prácticamente nueva y lista para el servicio de policía”, explica el intendente Ortiz, quien asegura que con este tipo de mantenimiento avanzado se puede alargar la vida útil de un arma de 25 a 100 años.

Entre los beneficios de la restauración de armas se destaca la garantía de un buen desempeño operativo de la misma y la posibilidad de adaptar algunos kits de conversión que actualizan el armamento sin necesidad de reemplazar completamente sus piezas, lo que representa una solución más económica y sostenible para la institución.

“Hace poco realizamos el mantenimiento a 500 fusiles de la Dirección de Antinarcóticos. Convertimos los M16 que estaban a punto de salir de funcionamiento en fusiles M16 con kit de conversión de M4. Nos demoramos dos meses y medio con los 500 fusiles”, destaca el intendente John Willinton Ortiz, quien suma 21 años de experiencia en la Policía Nacional y más de ocho años como armero.